jueves, octubre 16, 2008

Invasión



Prometo intentar estar un poco más lejos de ti.

Te convertirás en un lugar alejado, pero no olvidado.

Evidentemente que voy a colonizarte. Eres terreno virgen ideal para la expedición que se me ocurra. Lentamente voy a enviar de infiltrados a mis mensajes escondidos, esperando en los lugares que menos piensas. Luego, haré partir navíos completos de palabras al pasar, palabras que desembarcarán en tus oídos directo a tu mente. Después será el turno de la infantería de mis susurros, que avanzará a paso firme por los escalofríos de tu cuello, para que así dejen terreno libre a los paracaídistas de besos que vienen en los aviones de mi cariño, descendiendo directo hasta tu boca abierta en flor para recibir la más devastadora invasión que se haya visto en la historia del mundo. Te conquistaré centímetro a centímetro, hasta que de tu cuerpo no haya ya lugar -por recóndito que sea- que no sea mío. Plantaré mi bandera en el medio de tu espalda, y tomaré tus manos tibias entre las mías, para tranquilizarlas y hacerlas sentir bien. Seremos uno los dos y los dos uno, tibios los dos y ya hechos dos países unificados unidos por deseo, un sentimiento, sin adiós ni olvidos. Sin finales ni palabras tristes.

Mañana comienza la invasión. Más te vale estar preparada...





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