martes, diciembre 08, 2009

Beso



El camino que parte desde mis labios y termina en los tuyos es el más largo viaje que una persona puede recorrer.

Especialmente si se hace el camino solo...

jueves, octubre 08, 2009

Un sueño y el viento

Una vez tuve un sueño.

Lo relegué, doblé en varias partes y lo guardé, esperando el mejor momento para desenfundarlo y disfrutar al máximo posible el sueño que tuve.

Una vez que lo saqué del escondite y lo abrí, el sueño se había resquebrajado y partido en varios pedazos pequeños, que se perdieron por entre medio de mis dedos...

¿Para qué guardé tanto algo que se llevó el más pequeño viento?



domingo, septiembre 27, 2009

Mi miedo a nadar


Érase una vez la reina del mar, la dueña de mis sueños.

Ella nadaba tranquila en el agua, serpenteando burbujas mientras los peces de colores miraban desconcertados. Nada se comparaba a su gracia gentil, su natural encanto y sus ojos color verde que se confundían con el mar.

Un día posé mis ojos sobre ese ser.

Fue el último de mis días tranquilos. Soñé veinte mil noches con su sonrisa y sus labios, con sus gráciles movimientos dentro y fuera del agua. Jamás mi vida volvió a ser igual. Un día, decidí ir al mar a encarar a la reina del lago, a recuperar la cordura que perdí desde la primera vez que la vi.

Allí, ella me miró. Quedé hipnotizado. No sabría contar con certeza que fue lo que le dije, sólo quedé mirándola fijo. No me invitó a nadar con ella, así que terminé mirando y viendo como se movía en el agua. Al cabo de tres horas, sólo sabía que quería estar allí mirándola eternamente. No me importaba que coqueteara con los peces, o que las algas contornearan su figura. Sólo era feliz mirándola, cada movimiento transformado en verso, como el bufón que habla en parábolas para hacer reír al rey perverso.

Un día ella decidió huír. Los peces, el agua calma y las algas no fueron suficientes. Se buscó nuevos mares, horizontes celestes y cielos naranja. Hasta hoy, la extraño. A veces escucho rumores de ella en boca de marinos, o ciegos que claman haber soñado con ella. Y no dejo de pensar en que, en todas esas tardes que la miré nadar, ella fue mía: Fundida en mi sentir, siempre la amé. Y, mierda, al amar haces a una persona parte de ti, no importa si ella te ama de vuelta.

No sé nadar pero si me hubieras invitado a nadar contigo... hubiese preferido morir ahogado, pero a tu lado. Lástima que el amor es tan sencillo, pero a la vez enmarañado de entender y difícil de sentir, al menos con libertad.

Créeme, de verdad, aún te amo.



Fotografía cortesía de la bella Ingerina. Todos los derechos reservados.

lunes, julio 20, 2009

La Profundidad de un sueño

Voy a contarte algo que me pasó. Voy a contarte que anoche soñé contigo.

Estábamos los dos sobre la azotea de un edificio.
Yo me acuerdo que el cielo estaba así como naranjo, y tú estabas parada sobre el borde. Tenías un vestido, no me acuerdo el color, pero flameaba porque había mucho viento.
Tú me estabas mirando, y yo te estaba mirando.
Me acerqué y te tomé una mano, temeroso. Después te tomé la otra y te apreté fuerte. Todavía tengo ese recuerdo tan ultra-súper vívido. Fue tan fuerte que nuestras manos se pusieron rojas.
Te empujé hacia mi y te abracé fuerte. Te prometo que fue tan vívido como aquella vez que nos abrazamos fuerte años atrás. Te apreté, cada vez más fuerte, y nos fundimos en un beso largo y pasional.
Cuando miré de nuevo estábamos flotando... habían algo así como estrellas en el cielo naranja, mientras seguíamos abrazados. Tú apoyabas tu cabeza en mi pecho y yo sólo olía tu pelo, y palpaba tus brazos con mis pulgares.

Lamentablemente ahí desperté. Cerré los ojos de nuevo tratando de retomar el hilo del sueño, pero no pude. Pero
claro, jamás me he podido sacar tu imagen del interior de mis párpados.

Eso, desde el día en que te vi...

domingo, marzo 15, 2009

él y ella

Él tenía 80 y ella 78. Se conocieron en la casa de reposo.Fue amor a primera vista, por así decirlo. Él se enamoró de ella y lo hacía cada vez que la veía, pues no recordaba lo sucedido. Su sentimiento era un eterno amor a primera vista. Ella nunca lo vio en rigor, pero se enamoró apenas él le habló con su voz cristalina. Así mantuvieron su relación. Un día, ella vislumbró una intensa luz y vio a su hombre vestido entero de blanco, tocando la lira. Fue la primera y última cosa que vio, producto de una ensoñación de su cerebro al morir. Desde ese día, Él jamás la olvidó. Siempre recordó sus ojos, sus labios, su pelo. Jamás recordó qué día empezaron, o cuándo era 
el día de los enamorados, o cuándo murió. Su enfermedad y la vida le enseñaron que recordar fechas no es importante cuando los sentimientos son verdaderos y se agolpan en el pecho, igual que las lágrimas pelean por no salir de sus ojos. Aún hoy ella lo espera. Él también espera por la ensoñación mágica que los juntará de nuevo. Esta vez, para siempre.

Él y ella es un cuento escrito por mí, dedicado para nadie y escrito con fecha del día de los enamorados.

miércoles, enero 14, 2009

Cumpleaño(s)



Cumpleaños, deseos envueltos,
cariños sinceros, sonrisas abiertas;
Torta de cielo y vela de estrellas
Luna con cinta y arcoiris de risas y besos.
Regalo es mi tiempo escribiendo esto
de reloj gastado en sentimiento profundo
en arenas de mar plagadas de conchitas doradas
que saludan sonrientes el día de tu llegada.

Hoy naciste, mañana te irás,
quizá nunca llegues, pero en mí siempre estarás
prendida, alada, ensoñada
presa de jaulas de esperanzas blancas
víctima de regalos que parecen trofeos
abrazos añejos, vino, fiesta, sueños.

Cada día es nuevo desde que naciste
dios improvisa el orden de los acontecimientos
el diablo esconde su plan malévolo
llegas tú, arruinas todo arreglo,
y entregas algo nuevo, fulgurante, eterno.

Quien sabe cuánto tiempo estés acá,
y cuánto tiempo más pensarás en mí
¿Quién sabe si me querrás?
pero desde que naciste,
la esperanza nació
Y yo sé que aferrado a esa esperanza
aún tengo una posibilidad, remota,
pero firme, como lápida de muerto.


Si hoy naciste, hoy nace el mundo
anclado en tus pechos, creado en tu pelo
quizá yo viva en otro mundo, ajeno a lo tuyo
pero te quiero, y ese maldito sentimiento
une mi mundo al tuyo
en añoranzas y destellos...
en esperanza.